domingo, 9 de marzo de 2014

El Rayo Fúlmine

Minuto 23-24 del 1° tiempo. Partido chivo en cancha 3, nos toca un equipo rival muy bien armado. Un rechazo violento del defensor envía el balón a la estratosfera, a velocidades espaciales. Todos la vemos subir, quietitos: parece que no va a volver nunca a la Tierra de los pecadores. Parece que llegó tan alto que el mismo Creador la paró de pecho, se la pasó a  Christo, que nunca fue muy bueno para hacer jueguito, y fue a parar a las manos del mismísimo Satán. No sé qué habrá hecho Mandinga con él, la cosa es que el balón reapareció en el cielo del Predio para fatal suerte de nuestro tan querido defensor El Perro: en el afán por localizarlo, un rayo fúlmine lo golpea y lo insola en el acto... Todos lo vimos temblar como violada. Se cagó y meó. Seba dice que lo escuchó blasfemar en lenguas extintas. Otros, más tarde, revelaron que la luz invadió todo el Predio, como hace el olor pestilente de los agroquímicos.
A la noche, se pierde el cumpleaños de Ramón por culpa de este desgraciado evento.
Ni otra capa de factor 100 podría haberlo salvado del Rayo Fúlmine.
Habrá sido un castigo por alejarse del buen camino? Un camino que pudo ser de santidad, como lo muestra la foto?
Lo que queda claro es que el equipo perdió 0-2 contra un rival superior, y que hay que seguir adelante.
 

1 comentario:

Aposté todo a Atila dijo...

A la gilada ni cabida habría sido la respuesta negadora del perro al ser consultado por el episodio.
Estremecedora historia.