miércoles, 9 de mayo de 2012

Alivio


El sábado pasado fue uno de esos días en los que, si otra vez perdíamos, nos íbamos a ir a la concha de la madre todos juntos.
Recuerden que el pitazo inicial nos encontró con un equipo emparchado, mutilado, recagado a palos. Apenas llegábamos a once, once monitos que no sabían cómo pararse.Y apenas nos quedaban fuerzas luego de los reveses tan duros de esta temporada.
Una derrota más y sería el fin amigos: les confieso que yo no hubiera llegado ni a mitad de semana, largaba todo y me iba al limbo. Sí, así es, el ánimo estaba muy caído.
Pero ganamos, y yo creo que fue porque pusimos las pelotas arriba de la mesa, ni más ni menos.

El rata se regocija camiseruli:


Con los tres puntos y una caja de fernet bajo el brazo (a cobrar aún), el equipo se retira hasta el próximo sábado, contento y con ganas de seguir viviendo.Después nos reunimos en la casuca de 40 a comer y a beber, y a dormir la siesta, porque hemos dejado todo en la cancha y nos merecemos un buen rato de hacer nada.
Algunos sacan a colación al enano, QEPD (...). No seamos tan pelotudos, y sí más sabios. Mejor el silencio con esas cosas.
Dios nos elige, muchachos. Si no sabemos ver los mensajes que nos manda el destino seremos como todos los otros equipos mediocres del predio, que se interesan sólo por ganar y mostrarse en facha de trabado todos los sábados, y nada entienden de la vida misma, que es misterio y grandísimo por cierto.
Misterio significa que no todo lo que brilla es oro, y también que el camino es interminable. De regreso cruzábamos con Ema las vías de 31 y nos preguntábamos qué nos depararía el futuro, a dónde nos llevaría el tren, este tren demencial que se llama Sordito y que sólo nosotros comprendemos a full, con el alma, 24/7.

Las vías de la vida misma:



Estamos contentos, y que nos dure la alegría.
Tenemos foto 2012, y creo que bien merecida. Faltan algunos que ya volverán, a ellos también nuestro saludo.

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