jueves, 10 de mayo de 2012

La madre del borrego


Noto que no.3 se ha autoproclamado brahmán y se erige en verdadero intérprete de los mensajes divinos, divinidad que fuera impuesta por el mismísimo brahmán en forma de enano, su becerro de oro. Él hace y deshace los dioses. El resto pelotudos, poco sabios, descastados, Sudra nacidos de sus pies, no osemos contradecir la Palabra.
No obstante, yo creo que esa es la madre del borrego. La Palabra.
En 1336 Petrarca ascendió al Monte Ventoux. Al llegar a la cima abrió las Confesiones de Agustín de Hipona y contemplando los vientos leyó las siguientes palabras:
“Van admirando, los hombres, los altos montes, las olas del mar, la larga trayectoria de los ríos, la inmensidad del océano, la revolución de los astros, pero no tienen la más mínima preocupación hacia ellos mismos”.
En ese mismo instante quedaría fundado el humanismo. Después de eso parece ser que Petrarca compró un terrenito por Parque Sicardi y se retiró a tomar ácidos y vivir de los derechos de autor sobre el humanismo. Se hacía llamar Petrica, y el cruce del atlántico lo había dejado rengo. Murió de sífilis después de voltearse una gorda en La Mulata.
Errare humanum est, sed perseverare diabolicum.  

1 comentario:

no. 3 dijo...

No, yo no me creo ningún profeta ni avatara, soy un humilde servidor del sordo. Muy críptica entrada, que contiene algunos elementos de la macumba, sospecho, sobre todo en la mención a las gordas de la mulata, que es bien sabido que junto a los gatos negros son bichos de mal agüero