jueves, 11 de junio de 2009

Cuento o chiste?...

...lo mismo dá, para reírse, a pedido de los sordenses concurrentes a nuestro querido blog (Pedro y yo.

Nunca había entendido porqué las necesidades sexuales de los
hombres y las mujeres son tan diferentes entre si.
Nunca había entendido todo eso de Marte y Venus.
Y nunca había entendido por que los hombres piensan con la "cabeza" y las mujeres con el corazón.
Una noche, la semana pasada, mi mujer y yo nos íbamos a la cama.
Bueno, empezamos a franelearnos con el inevitable y picarón toqueteo mutuo.
Yo ya estaba a full y la tenía al mango, bien parada.
Y es en ese preciso momento ella me dice:
"Mira ... ahora no tengo ganas mi amor, tan solo quiero que me abraces, si?".
Yo dije:
"¿QUE?"
Así que me dijo las palabras mágicas:
"No sabes conectarte con mis necesidades emocionales como mujer".
Al final, asumí resignadamente que esa noche no iba a coger, así que me dormí con la carpa armada al pedo.
Al día siguiente fui mos de compras al Shopping.
Yo la miraba mientras ella se probaba tres carísimos modelitos de vestido.
Como no podía decidirse por uno u otro, le dije que se llevara los tres.
Entonces, emocionadísima y motivada por mis comprensivas
palabras me dijo que necesitaba unos zapatos que hicieran juego, que
costaban $ 600 el par, con que le conteste que me parecía perfecto.
Luego pasamos por la joyería, de donde salió con unos pendientes de diamantes.
Pobrecita... si la hubieran visto... ¡Estaba tan emocionada!.
Yo creo que pensó que yo me había vuelto loco, pero de todas maneras no le importó mucho que digamos.
Pienso que me estaba poniendo a prueba cuando me pidió un
carísimo equipo profesional de palos de golf de primerísima
línea, porque si la muy huevona no sabe ni agarrar bien una verga,
mucho menos va a saber agarrar un palo de golf, no?.
Bueno, me parece que rompí con todos sus esquemas mentales cuando también le dije nuevamente que si.
Ella a esa altura estaba casi excitada sexualmente después de todo esto...debían haber visto su cara!!.
Fue ahi cuando, con su mejor sonrisa, me dijo:
-"Vení mi amor, vamos a la caja a pagar".
Me costó mucho aguantarme la risa cuando le dije:
"No mi amor, creo que ahora no tengo ganas de comprar todo eso".
De verdad, ojalá le hubieran visto su cara, se quedo pálida cuando le dije:
"Tan solo quiero que me abraces".
En el momento en que su impresionante cara de orto empezó a
transformarse en pura furia y odio, simplemente añadí:
"No sabés conectarte con mis necesidades financieras como hombre!!!!".
Creo que no volveré a coger hasta la primavera de 2004... pero...
qué dulce es el sabor de la venganza!!!

No hay comentarios: